Un granjero que excavaba en su tierra en Rusia descubrió algo inesperado: un túmulo funerario de 2.000 años de antigüedad que contenía los restos y artefactos de un miembro de la realeza nómada, incluido un extraño cráneo de hombre “risueño”.
El granjero Rustam Mudayev encontró el tesoro de asombrosas joyas, armas y otros artefactos en una tumba cerca del Mar Caspio, según The Daily Mail.
Mudayev consultó con el Museo de Historia de Astracán, que finalmente organizó una expedición al pueblo donde se encontraron los restos.
“Después de inspeccionar el lugar de entierro comprendimos que se trataba de un túmulo real, uno de los lugares donde los antiguos nómadas enterraban a su nobleza”, dijo el investigador científico del museo, Georgy Stukalov, al sitio de noticias británico.
Según el museo, que ha estado realizando excavaciones en el lugar durante dos semanas, se cree que el entierro pertenece a un líder de una tribu nómada sármata.
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Según los informes, los excavadores encontraron el esqueleto masculino dentro de un ataúd de madera con una colección de cuchillos, un pequeño espejo y varias vasijas, así como hermosas joyas de oro decoradas con turquesas y lapislázuli.
El túmulo también contenía otros restos, incluido el esqueleto de un joven con un cráneo en forma de huevo deformado artificialmente que probablemente fue “moldeado” de alguna manera durante la infancia.
La práctica de dar forma al cráneo era bastante típica entre varias tribus antiguas.
Estas cabezas deformes a menudo se consideraban un marcador del estatus especial y las raíces nobles de una persona.
